Cooperativa de Viver, un espacio para la dinamización del territorio

Nació como un espacio de colaboración, cuyo objetivo era transformar las iniciativas individuales de los agricultores de Viver y de la comarca del Alto Palancia, dedicados a la producción de aceite para autoconsumo, en un proyecto colectivo para su comercialización. Casi 28 años después, se ha convertido en un punto de encuentro con una clara función social y de dinamización del territorio.

La Cooperativa de Viver, creada en 1990, se ha consolidado como un referente socioeconómico en la comarca, y tiene como filosofía “la producción y elaboración de productos de calidad, singulares y diferenciados, poniendo el énfasis en el respeto por las variedades de la zona”, explica el director de la Cooperativa, Fernando Marco. De los 350 socios iniciales, ahora ya hay 500. Y de ser una cooperativa dedicada en exclusiva a la producción de aceite virgen extra (Lágrima, elaborado exclusivamente a partir de la variedad serrana, la tradicional de la zona, nació después), su actividad se ha ampliado a la producción y comercialización de otros productos.

Así, frutos secos como la almendra marcona, las nueces, las frutas y hortalizas, y desde 2016, el vino, todos ellos con alta tradición en la zona, también forman parte de la cartera de productos que miman y cuidan los responsables de la cooperativa. En estos momentos, se está trabajando en la recuperación de diversas variedades autóctonas, como la alubia del confit, o la mondragón, un tipo de uva tradicional de la zona, explica Fernando Marco.

Pero la recuperación y la puesta en valor del producto autóctono se complementan con una estrategia que ha convertido a esta cooperativa de ámbito rural “en una dinamizadora de espacios de colaboración que fomenta el empleo y los servicios.” Y es que, según explica Marco, “en los últimos años se ha diversificado la actividad para cubrir las necesidades de la población, abriendo servicios como gasolineras, supermercados, electricidad e incluso servicio de telefonía”. Una apuesta clara por la dinamización del territorio, que cumple una función social, y que quiere luchar contra el fantasma de la despoblación que también se percibe en la comarca.

Un trabajo que no acaba aquí y que también se sustenta en otra ‘pata’, como es la de la colaboración con entidades públicas y privadas o colectivos culturales y deportivos “a modo de agitadores sociales”, dice Fernando Marco, “ya que subvencionamos y apoyamos proyectos de los colectivos de la comarca, no sólo de Viver, porque sentimos que debemos hacerlo”.

Todo ello, sin dejar de atender la actividad por la que nació. El año pasado se produjeron 300.000 litros de aceite, y se recogieron 1,4 millones de kilos de almendra (en cáscara) 60.000 kilos de hortalizas y 50.000 de uva, con la que elaboran tres marcas diferentes de vino, Odisea, La Perdición y La Piel de la Vid. Un proyecto consolidado que busca recuperar la esencia de la comarca produciendo con calidad y comercializando con dignidad.

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