La alternativa del turismo disruptivo

Llevamos años estancados en un modelo de turismo obsoleto, pero seguimos sin encontrar una alternativa real. Mantenemos un enfoque que va erosionado la calidad de las experiencias que ofrecemos tanto para los visitantes como para las comunidades anfitrionas. Masificación, playas saturadas, descontrol…

Casi hemos perdido de vista que la magia del turismo es su versatilidad. Hay tantas formas de viajar como personas. Ideas disruptivas han florecido en otros países como el agroturismo en Italia o el turismo de silencio en Japón. Y es curioso que aquí, que tenemos todo tipo de rutas, hospedajes y productos locales, no lo estemos aprovechando. Qué nos frena para organizar retiros en nuestras casas rurales o lanzar programas de ecoturismo en nuestros parques naturales. Para construir una red de experiencias vitales.

Es momento de promocionar la creatividad para diversificar la oferta turística e interiorizar que la tecnología y la innovación ofrecen herramientas poderosas para cambiar el panorama tradicional. La buena noticia es que existen soluciones, y aquí es donde entra el turismo sostenible, no como una moda; sino como necesidad. Con un potencial que puede ayudarnos a conectar costa e interior.

Aquí lo tenemos todo: playas vírgenes, parques naturales, cuevas, manantiales, pueblos históricos… y aunque el 70% de la actividad turística se centra en los destinos más populares de la franja costera, basta con darnos la vuelta para aprovechar una gran oportunidad, si nos lanzamos a potenciar todo lo demás.

Una de las claves es la unión. Si conseguimos colaborar desde Vinaròs hasta Montanejos, nacerán itinerarios maravillosos que entrelacen los diferentes atractivos. Otros destinos con montaña y playa como República Dominicana, ofrecen circuitos donde personas de todo el mundo pasan una semana disfrutando de actividades variadas y gastronomía local. Cada día es una aventura nueva para el visitante, un enfoque que aquí con nuestros recursos y
tradiciones puede triunfar.

Con una buena oferta alternativa empezamos a diferenciarnos de otros destinos. El siguiente paso es que sea visible, y para eso está la tecnología. Existen miles de plataformas digitales que permiten a viajeros de todo el mundo descubrir y reservar nuevas rutas y circuitos turísticos. Hoy en día tenemos un escaparate mundial en nuestras manos a un clic de distancia, lo cual nos permite promover y unir tantas iniciativas locales como se nos ocurra.

Con estrategias acorde, podemos distribuir el flujo de turistas de manera más uniforme. Esto mejora la experiencia del visitante típico y por otro lado atrae a otro tipo de público más consciente. Los nuevos viajeros tienen interés en conocer aquello que nos hace únicos como territorio. Por lo tanto, a través de actividades auténticas lideradas por nuestra gente, todos salimos ganando.

El cambio se puede lograr. Y no hace falta inventar nada, sino aprovechar lo que tenemos. Con creatividad, un enfoque colaborativo y el uso inteligente de la tecnología, la provincia de Castellón puede reivindicar un nuevo papel en el mapa turístico, ofreciendo experiencias inolvidables que respetan y valoran nuestro entorno y cultura.

En el peor de los casos, atrevámonos a equivocarnos intentando innovar. El viaje merece la pena.

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