Historia y patrimonio: pilares de un trepidante viaje hacia el medievo sin salir del Alt Maestrat

Encara que les màquines del temps no existisquen, hi ha escenaris reals que aconsegueixen transportar a les persones, o almenys fer volar la seua imaginació, cap a mons i èpoques diferents. Períodes antics com l’Edat Mitjana, època de guerres i de personatges històrics que van passar als anals de la història.

El territori Human Land, en plena comarca de l’Alt Maestrat, és, per la seua riquesa històrica, un d’eixos llocs fa retrocedir a qui el visita centenars d’anys arrere: al pas de templers, de conqueridors o al contemporani segle XIX amb el general carlista Cabrera al comandament de tropes a la recerca d’una altra monarquia.

El significado templario de Culla está ampliamente reconocido por los libros de historia. A inicios de siglo XIV, tras la reconquista cristiana de Jaume I y el paso de Blasco de Alagón como garante de la empresa bélica por el Alt Maestrat, los templarios ocuparon los dominios del Señorío de Culla y todos los núcleos que formaban parte de él. Allí se ubicaron, por razones quizás territoriales, al ser paso fronterizo entre Cataluña, València y Aragón; quizás económicas, por la ganadería y la lana; o puede que por extender la religión por toda la península. Culla sigue siendo una de las fortalezas templarias más bien cuidadas, con su castillo reinando en lo alto del municipio y varios edificios como la prisión, el pelleric o el antiguo cementerio donde la Cruz de la Orden de Montesa decoró decenas de lápidas.

Del mismo modo, Albocàsser también está considerada residencia templaria. Los vestigios del Castillo de Albocàsser se encuentran en el centro del núcleo urbano, aunque el paso de los años, las reconstrucciones y su derribo final no hayan dejado una constancia más amplia. A pesar de ello quedan restos, algunos lienzos de murallas incorporadas a viviendas y el edificio que se anexó a la construcción para destinar su uso a la abadía.

Enclaves históricos de una localidad que transportan fuertemente a la Europa de hace casi un milenio. Los motivos económicos y religiosos fueron parte de la expansión del actual Alt Maestrat, que vieron en el comercio ganadero y de la lana una forma de expandirse y generar fortuna. En este contexto llegan los cátaros al territorio Human Land, un lugar de acogida y hospitalidad del cual no tarda en correrse la voz. En la actualidad, existe el proyecto europeo de idear una ruta cátara turística que recrea las migraciones de estos creyentes religiosos, siendo el ermitorio de Sant Pau pieza fundamental del recorrido como punto de partida.

Los pueblos de este territorio siguen teniendo rasgos y detalles que delatan parte de su pasado. El Arc de la Mola o la Torre de la Presó de Benassal, así como la Llotja o las casas señoriales familiares de Catí, son elementos del patrimonio arquitectónico, cultural y etnológico de los municipios. Rincones donde el paso del tiempo no existe. Donde todavía es posible abstraerse e imaginar otro mundo. Son lugares, además, de cuyo interior brota agua milagrosa, fundamentos de mitos, leyendas y tradiciones centenarias de romerías en busca de paz y bondad. El Alt Maestrat es un territorio adaptado al siglo XXI, a sus aciertos y sus errores. Sin embargo, entre sus piedras, arcos y edificios todavía perdura el carácter medieval que lo vio nacer y crecer.

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