Besalduch Valls i Bellmunt fusiona el vino con la cultura y la gastronomía

La recuperación de la tradición vitivinícola de las tierras del Maestrazgo. Éste es uno de los objetivos que alentaron a Josep Maria Besalduch y Roser Valls, miembros de una familia con raíces en el sector del vino, a iniciar su proyecto en el año 2008. “En principio sólo era un hobby”, asegura Josep Maria, pero, poco a poco, la iniciativa se consolidó y se creó la bodega Besalduch Valls i Bellmunt.

Fue en 2009 cuando los nuevos propietarios de la bodega plantaron la primera cepa de viña para probar qué variedades eran aptas para la zona. Ahora, ya trabajan unas 12 hectáreas en la partida de Las Lomas de Sant Mateu, donde nace y crece la uva de las variedades sauvignon blanc, moscatel, chardonnay, tempranillo, merlot y garnacha. Con ellas elaboran cerca de 14.000 botellas anuales de media. El objetivo de futuro es alcanzar una producción anual de unas 25.000 botellas, asegura el gerente de la firma.

Ligada a su proyecto está la recuperación del espíritu de la Bodega de la Cooperativa de Sant Mateu, que mantuvo la tradición del sector vitivinícola en la capital histórica del Maestrat hasta los inicios de los años 80 dando servicio a doce municipios del entorno. Besalduch señala que fue “la tercera mayor de la Comunitat Valenciana, llegando a vinificar más de 7 millones de kilos de uva en sus 113 depósitos, instalados en 2.000 metros cuadrados de superficie”.

Así, en 2015 se adquirieron las instalaciones de la antigua cooperativa, donde se ha establecido la base de la bodega. Toda la elaboración, salvo la última fase del espumoso, que realiza Bellmunt en Cabanes, se realiza en las nuevas instalaciones de Sant Mateu, adosadas al antiguo edificio de la cooperativa, “unas instalaciones más adecuadas a las exigencias de sanidad en una zona anexa para la elaboración del vino”, asegura Besalduch. Los tipos de vinos que produce la bodega son un espumoso brut nature elaborado con uva chardonnay, dos blancos, un crianza, un reserva, un tinto joven y el carlón, recuperado sobre el año 2014, con la colaboración de la Universidad Politécnica de Valencia, del que se elabora cada año una edición limitada de este vino, con 500 botellas, “ya ​​que tiene una forma muy especial de elaborarse”, comenta.

Todas las líneas de vinos tienen nombres de los maestros de la antigua orden de Montesa, “un hecho con el que queremos homenajear y recordar la capitalidad de Sant Mateu”, apunta Besalduch. La mayor parte de la venta del vino se realiza en las comarcas de Castellón y Valencia, sobre todo en tiendas gourmet y la hostelería, además de la tienda propia que hay en la bodega.

En el edificio de la bodega adquirida, protegido por la normativa, se realizaron obras de restauración y se acondicionó para crear un centro de interpretación y un museo del vino con toda la maquinaria con la que se trabajó hasta el año 1984, dando así un plus en la sección de enoturismo, que organiza catas en el mismo edificio. Además, los responsables de las bodegas Besalduch Valls y Bellmunt también gestionan otro del aceite y la harina con el objetivo de dar visibilidad y rendir homenaje a los tres sectores económicos tradicionales de la población.

La empresa tiene actualmente unos 12 trabajadores que trabajan para llevar adelante un proyecto que conjuga la cultura, el vino y la gastronomía, “ámbitos que van muy ligados”, entiende el director de la empresa, que el pasado verano hizo un más con la inauguración del restaurante brasería La bodega, ubicado en las mismas instalaciones y con el que se quiere dar respuesta a la demanda de muchos clientes que llegan a la bodega a participar de las catas y quieren continuar con una experiencia culinaria.

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